LINAJE DEL MAESTRO







DANIEL CONFORTTI







Dr. Mikao Usui







Japón







Dr. Chujiro Hayashi







Japón







Sra. Hawayo Takata







Hawai







Phillys Furumoto







U.S.A.







Carol Farmer







U.S.A







Leath Smith







U.S.A







William Lee Rand







U.S.A.







Claudio F. Marquez







Argentina







Rosa Primavera Alvarez







Argentina







Daniel Confortti







Argentina

















DANIEL CONFORTTI







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MASAJE FACIAL JAPONES

lunes, 8 de marzo de 2010


MASAJE FACIAL JAPONES
Diferente a cualquier otro tipo de masaje facial. El Kobido es una combinación profunda de los conceptos médicos japoneses tradicionales y su propósito es trabajar, específicamente, con los meridianos y tsubos faciales, para alcanzar un equilibrio entre la piel y los músculos llegando, finalmente, a mejorar el cuerpo.
Y es que, según la tradición japonesa, la belleza es el reflejo del equilibrio óptimo entre lo físico, lo psicológico y lo espiritual y llega de una forma natural si una persona consigue tener estos tres elementos en armonía. Tradicionalmente, en Japón, la cara es una de las partes primarias del cuerpo y, por eso, los problemas faciales revelan un desequilibrio del Ki (la energía vital). La belleza facial sólo es posible cuando el Ki está equilibrado y esto es, porque el concepto japonés iguala belleza y salud.
Más allá de tradiciones que, aunque nos sirven para entender este masaje, no dejan de ser, eso, tradiciones; el Kobido se diferencia, fundamentalmente, de los masajes occidentales en que, mientras estos trabajan la superficie de la cara con movimientos suaves, el masaje facial japonés está basado en técnicas de percusión combinadas con técnicas de masaje profundo, que trabajan la musculatura que está debajo del tejido superficial, utilizando para ello mucha más presión que en el masaje occidental; también, en el Kobido existen una gran variedad de movimientos superficiales.
Esta variedad de técnicas requiere de una gran habilidad con los dedos, ya que es con el movimiento de los dedos y la manipulación de las manos con los que se recibe este masaje; que empieza por la nuca mejorando, así, la circulación de la sangre esencial para trasportar a los tejidos faciales sustancias como el oxígeno y otros nutrientes, reparando los tejidos dañados de la cara y favoreciendo la eliminación de toxinas, además, es una buena introducción a la terapia facial, porque es muy relajante y, muchas veces, la tensión acumulada se refleja en los músculos de la nuca.
El Kobido se puede realizar en un futón, en una silla reclinable o en una camilla de masaje, el ambiente debe ser tranquilo, la iluminación tenue, la temperatura agradable y, además, se puede añadir una música relajante.
Se realiza en tres etapas: limpieza, hidratación y estimulación. Dura unos 30 minutos (incluyendo la nuca y el cuero cabelludo) y es suficiente con una sesión semanal. Se utilizan aceites vegetales y aceites esenciales puros para la manipulación del rostro y es, en la fase de estimulación, donde empieza toda una serie de movimientos cuyo, único, fin es relajar los músculos contraídos favoreciendo, así, la eliminación de arrugas y la recuperación del aspecto de la piel; cuando los músculos están relajados la sangre circula libremente por ellos recibiendo, de esta manera, todos sus beneficios, por lo que el Kobido es eficaz para que las células de la piel puedan repararse y rejuvenecerse por sí solas. El masaje facial japonés es, también, de gran utilidad para las manchas de la edad, para la piel grasa o seca, el acné, las migrañas o el dolor en la articulación de la mandíbula.