La medicina tibetana tomó lo mejor de las técnicas de India, China, Nepal, Persia y Grecia, integrándolas y usándolas a su manera. Un llevar a la práctica teorías milenarias, sin dejarse llevar por los dogmatismos religiosos que guiaban la medicina oriental. Para el budismo, el Universo puede ser al mismo tiempo, materia y espíritu, ninguna niega a la otra y ambas forman el todo.
Los médicos tibetanos son probablemente los primeros en hablar de Medicina Integral: cuerpo, mente, alma y medio. Desde que en el S.VII Yuthok Yanten Rompo fusionó en la medicina tibetana lo mejor de cada sistema terapéutico.
El masaje es para ellos, una de las terapias de apoyo al tratamiento de enfermedades. Sostienen que para combatir la enfermedad, se debe atacar en todos los frentes posibles. Medicinas, masajes, hierbas, acupuntura, musicoterapia (fascinante el uso que hacen de las vibraciones sonoras del bol tibetano)… el medico elige el o los tratamientos más adecuados, animando además al paciente a ser más responsable y consciente de su salud, a que se cuide. No descarta la medicina occidental, ni los químicos ni la cirugía, aunque sí es cierto que trata de dejarlos para casos severos, cuando todo lo demás no sirve.
Apuntan que la mayoría de los males se deben a causas externas como:
• - demasiado frío o demasiado calor
• - ingesta de tóxicos, o alimentación inadecuada
• - estrés físico o mental
• - emociones descontroladas
• - mala regulación de las actividades diarias
• - ausencia o exceso de las relaciones sexuales
Sobre todo hace gran hincapié en la importancia del control de las emociones, adelantándose cientos de años a la psicología y psiquiatría actuales, considerando que la mayoría de enfermedades se originan por causas emocionales. Hoy en día se usan estos avances en el campo de la psiconeuroinmunología, que empezó a desarrollarse en 1985 y es la ciencia que estudia cómo pensamientos, sentimientos y vivencias afectan nuestro sistema inmunológico.
Los médicos tibetanos idearon un sistema de referencia conocido como el de los 3 humores, y cada enfermedad es causada por un desequilibrio en alguno o varios de ellos.
Un desequilibrio en el humor viento: problemas de funcionamiento, desequilibrio del sistema nervioso, del corazón, intestino grueso, problema circulatorio o psicológico.
Un desequilibrio del humor bilis: se refiere a una infección o inflamación general, de la vesícula, intestino delgado o pulmones.
Un desequilibrio del humor linfa: inflamación o problemas crónicos del estómago, bazo, páncreas o riñones.
El budismo tibetano divide el cuerpo en tres, un primer cuerpo burdo, un segundo cuerpo sutil, y un tercer cuerpo muy sutil, cada uno con una parte mental y otra material, y el masaje tibetano trata de afectar y actuar sobre todos y cada uno de ellos, actuar sobre el cuerpo y sobre la mente.
Los textos de anatomía tibetana hablan además de tres vías vitales de energía en el cuerpo, el canal derecho (también llamado canal espina dorsal o canal blanco, por el que fluyen los nervios), el izquierdo (o canal rojo, que nutre el cuerpo de sangre y alimenta los tejidos) y el central (o vaso rojo del viento, por el que fluye una parte pura de la conciencia).
Estos tres canales principales, según la medicina tibetana, se ramifican en otros 72.000 (que se ampliarán en 12.000 más si se practica el yoga o la meditación), y que confluyen en núcleos centrales de comunicación, llamados chakras o ruedas de energía.
Así, todo nuestro cuerpo está conectado, y es ésta la base del masaje tibetano. Por ejemplo, cada uno de los 20 puntos que se encuentran sobre la columna, está vinculado a un órgano específico, y si se estudia la piel de esa zona, se puede saber acerca de la naturaleza del desorden. Y lo mismo ocurre con los puntos que se encuentran en el cráneo.
En los libros de medicina tibetana, también encontramos instrucciones para dar el masaje: mediante pequeños golpes, frotamientos, amasamientos, presión o limpieza, según el desorden. Este masaje se sirve de la ayuda además, de determinados aceites: aceite de sésamo, de albaricoque, de almendras dulces (sólo en invierno) o aceite de coco (sólo en verano). La mejor hora, por la mañana o a primera hora de la tarde, nunca por la noche.
Los masajes se aplicarán de forma diferente según el estado de salud del paciente:
• Un tipo de masaje para pacientes sanos o relativamente sanos: es un masaje relajante y desestresante, para incrementar el bienestar general
• Masaje terapéutico para tratar una o varias determinadas enfermedades.
Y dentro de ellos, existen 3 tipos de masaje: de cabeza, digitopresión y enérgico.
