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ABRAZOTERAPIA
domingo, 21 de julio de 2013
ABRAZOTERAPIA
Un gesto tan sencillo como un abrazo es en realidad una poderosa herramienta emocional, que aumenta la autoestima, aleja los miedos y recupera el equilibrio perdido. Descubre cómo funciona la terapia de los abrazos.
El bienestar que obtenemos del contacto físico es incuestionable. Besos y caricias forman parte de ese lenguaje no verbal que, sin embargo, permite un contacto íntimo y sincero, como los abrazos. Abrazar a alguien con los brazos extendidos es abrirte al otro para entregarte y recibirle, en un acto de ternura que sólo reporta beneficios. Cuando las palabras fallan, cuando alguien querido necesita consuelo o apoyo, el abrazo se convierte en la mejor de las terapias, sobre todo si se da de forma consciente.
El abrazo despierta la niña que todas llevamos dentro y que reclama amor y seguridad. Con el contacto de los brazos alrededor de nuestro cuerpo, éste segrega serotonina y endorfinas, y el bienestar emocional fluye inmediatamente, alejando ansiedades, miedos y temores. ¡Cuántas veces un abrazo ha dicho más que mil palabras! Con él podemos expresar felicidad, compartir un mal momento, proteger al otro o, incluso, dejar que en ese abrazo sincero fluyan las emociones reprimidas de forma inconsciente.
Cómo abrazar
El abrazo es un acto sincero, no se da por cortesía ni por educación, sino que debe salir del interior. Por eso los abrazos que sanan las emociones, los que nos ayudan a sentirnos mejor, son los que damos o recibimos con firmeza y ternura. Y algo muy importante: no hay un tiempo determinado para un abrazo, aunque se considera que los terapéuticos pueden durar uno o dos minutos. Un tiempo para cerrar un espacio íntimo, compartido, que permita dejar fluir las emociones y expresar los sentimientos, aunque sea sin palabras, sólo con el lenguaje corporal.
La abrazoterapia suele distinguir entre diferentes tipos de abrazo. El de oso, por ejemplo, en el que el que abraza abarca el cuerpo del abrazado en su regazo, es el que ofrece mayor protección. El abrazo a tres, también llamado de sándwich, ejerce el mismo efecto sobre una tercera persona, a la que otras dos arropan a la vez, muy efectivo en niños. Está el abrazo de lado o de mejilla, que expresa intimidad y cariño, abrazando desde detrás y acercando las cabezas, y el abrazo abierto o de corazón, llamado así porque se considera el más sincero de todos. Es el abrazo más consciente y el que practican los terapeutas en sus sesiones, mirando fijamente el rostro del otro para que ese primer contacto visual hable por nosotros. Después, la entrega. Plena, consciente, sincera, que no sólo beneficia al abrazado proporcionándole mayor seguridad y confianza, sino que logra despertar emociones en quien abraza.