
El objetivo del Masaje Californiano es estar al servicio de la conciencia; refinando, expandiendo y sutilizando la experiencia de lo que es, utilizando el lenguaje del cuerpo. Trabaja simultáneamente en varios frentes para generar un tratamiento verdaderamente holístico. Hace honor a sus principios gestálticos enfatizando lo que es percibido y sentido por sobre toda explicación e interpretación. Desde el punto de vista técnico aplica una amplia y variada gama de maniobras, basadas en principios científicos, que generan diferentes respuestas a nivel fisiológico en los tejidos blandos del cuerpo humano. Estas se realizan principalmente con distintas partes de las manos, antebrazos y codos, utilizando aceites y cremas, según sea apropiado, para facilitar la fluidez. Ha sido pionero en el estudio de los efectos resultantes, sobre los distintos sistemas del organismo, de sutiles variaciones rítmicas. Su naturaleza meditativa permite que, tanto las experiencias corporales mas comunes como aquellas de índole sutil o de mayor contenido emocional, encuentren un marco de contención cálidamente envolvente y respetuoso, apoyado en la presencia sanadora conciente tanto del masajista como del paciente, en una relación basada en el contacto verdadero. Es aquí, en la calidad del contacto expresada a través de la suavidad y sensitividad de las manos, en la respiración que alcanza lo más profundo del vientre, en la fluidez del movimiento que nos recuerda a un maestro de tai chi y en la profunda quietud de la mente, donde esta técnica se transforma en arte y se expande para incorporar elementos de tradiciones milenarias. Permitiendo que cada gesto sea una expresión artística de lo divino, del amor que todo lo une, inspirando y evocando esto tanto en el que da el masaje como en quién lo recibe.
Desde el punto de vista técnico aplica una amplia y variada gama de maniobras, basadas en principios científicos, que generan diferentes respuestas a nivel fisiológico en los tejidos blandos del cuerpo humano. Estas se realizan principalmente con distintas partes de las manos, antebrazos y codos, utilizando aceites y cremas, según sea apropiado, para facilitar la fluidez. Ha sido pionero en el estudio de los efectos resultantes, sobre los distintos sistemas del organismo, de sutiles variaciones rítmicas. Su naturaleza meditativa permite que, tanto las experiencias corporales mas comunes como aquellas de índole sutil o de mayor contenido emocional, encuentren un marco de contención cálidamente envolvente y respetuoso, apoyado en la presencia sanadora conciente tanto del masajista como del paciente, en una relación basada en el contacto verdadero. Es aquí, en la calidad del contacto expresada a través de la suavidad y sensitividad de las manos, en la respiración que alcanza lo más profundo del vientre, en la fluidez del movimiento que nos recuerda a un maestro de tai chi y en la profunda quietud de la mente, donde esta técnica se transforma en arte y se expande para incorporar elementos de tradiciones milenarias. Permitiendo que cada gesto sea una expresión artística de lo divino, del amor que todo lo une, inspirando y evocando esto tanto en el que da el masaje como en quién lo recibe.