LINAJE DEL MAESTRO







DANIEL CONFORTTI







Dr. Mikao Usui







Japón







Dr. Chujiro Hayashi







Japón







Sra. Hawayo Takata







Hawai







Phillys Furumoto







U.S.A.







Carol Farmer







U.S.A







Leath Smith







U.S.A







William Lee Rand







U.S.A.







Claudio F. Marquez







Argentina







Rosa Primavera Alvarez







Argentina







Daniel Confortti







Argentina

















DANIEL CONFORTTI







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GEMOTERAPIA

martes, 11 de mayo de 2010

Para algunos, los cristales y gemas son objetos inanimados, la forma de vida más baja del planeta. Para otros, ellos son la fuente de luz y energía más grande. De cualquier forma que los cristales nos sirvan, son maravillosos regalos que la madre tierra nos brinda.
Para trabajar con cristales, primero hay que sintonizarse con ellos, entrar a su vibración maravillosa de luz, y tener la mente y el corazón abiertos para recibir sus enseñanzas.
¿Qué son los cristales, físicamente y esotéricamente? Como toda materia, los cristales están compuestos de diminutas partículas llamadas átomos, los cuales a su vez se subdividen en aún más diminutas partículas llamadas protones, neutrones y electrones. Si estas unidades básicas de energía se examinan muy de cerca, nos damos cuenta que no son en realidad materia, sino vibraciones sutiles, cada una de ellas vibrando en sintonía con la fuerza cósmica. En la formación de las estructuras cristalinas, como el cristal cuarzo, los átomos se juntan en perfecta unidad y armonía. Cada unidad de energía se alinea con la fuerza cósmica y luego armoniosamente se une con sus compañeros átomos para crear una forma de materia de suma pureza. La punta de un cristal conecta y alinea cada molécula, átomo, protón, neutrón, y electrón del cual está hecho el cristal, a la fuente universal de energía infinita. Los cristales tienen la capacidad de recibir, contener, proyectar, emanar, refractar y reflejar luz, que es la forma más alta de energía que se conoce en el universo físico.
No se sabe con certeza en cuanto tiempo se forman la mayoría de los cristales; se especula que puede tomar miles de años, y también hay versiones que afirman que si las condiciones y elementos son ideales, los cristales se pueden formar en un instante. Cualesquiera que sea el secreto de la Madre Tierra, ella los concibe, los incuba, y da nacimiento o alumbramiento a una inmensa variedad de formas cristalinas de una belleza exquisita.